Odio ser poco social, llevarme mejor con un libro que con las personas. Odio sentirme incomoda en las fiestas. Odio estas ganas de llorar que oprimen mi pecho y niebla mi vista. Odio estar sola, odio sentirme sola. Odio que mis amigas vivan lejos y no poder verlas. Odio el verano. Odio ser mala escritora, estar insegura de si esto es lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Odio que quienes me hagan sentir mal e insegura sean los mismos -el mismo- que tienen el poder de hacerme sentir bien, querida, acompañada.
Odio que esta maldita inseguridad me lleva a tirarme encima del primer tipo que me muestre un poco de atención. Odio cagar amistades por ser tan rollienta. Odio como me veo a mi misma. Odio como me deprimo. Odio mostrarme indefensa. Odio no poder ser yo misma ni en mi propia casa. Odio tener tantos sueños y mucho más cuando me dices que no los podré cumplir. Y odio mucho más saber que todo depende de mi, cambiar depende de mi, pero cada vez que lo intento...
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